con la brisa
de esa tarde
iluminada por tus pupilas,
sentí como mi cuerpo
se estremeció ante ti
y cómo tu música
hizo bailar mis sensaciones.
Abrí mis ojos
para observarte en plenitud
y descubrí en ti lo más profundo,
me llené de tu sonrisa
y detuve el tic tac del reloj
que apuraba nuestra distancia.
Hoy han vuelto esas palomas
con su brisa solitaria,
espacios vacíos y ruidos amargos,
han vuelto sin tu mirada,
sin tus melodías,
sin tiempo,
sin distancia,
han vuelto sin ti
y sin mí.
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